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Opiniones

Sobra la confianza, pronto le llegan más aumentos

El licenciado Víctor García San Inocencio comenta sobre la nómina de los empleados de confianza en el gobierno y qué debería hacerse.

Licenciado Víctor García San Inocencio, columnista de NotiCel.
Foto: Archivo/Juan R. Costa

En mi artículo de opinión pasado expliqué porqué es necesario en determinadas funciones gubernamentales tener algunos --preferiblemente pocos, los indispensables-- empleados de confianza.

Además de la limitación del número --cosa que existe en el papel en Puerto Rico-- había que exigir cualificaciones puntuales y compensaciones precisadas en las leyes que no fuesen excesivas, aparte de condiciones de trabajo y desempeño.

Abogo para que se eliminen de la nómina de confianza los trepa-postes, avancinos --miembros de avanzadas políticas--, los recaudadores e influenciadores. Más aún, abogo para que se elimine la práctica de aumentar esa nómina de confianza contratando asesores a diestra y siniestra.

Antes de la publicación del artículo anterior, “De pura y real confianza”, un aspirante exPNP al Senado denunció e identificó a cuarenta y dos bomberos ascendidos como parte de una avanzada política del gobernador Pierluisi. Sería un récord Guinness a la politiquería suprema, si como implica el aspirante a senador, ahora desde el andamio del PPD, todos son miembros de la avanzada. Si ese fuese el caso, el gobernador, o los implicados, si no fue él, en esa feroz coincidencia, deben empezar a buscar asesoramiento legal.

No sería la primera historia de favoritismo y politiquería en el gobierno pierluisino. Hubo antes el caso de un ex comisionado electoral del pnp, quien como parte del aparato rector del Departamento de Educación, se atrevió a llamar a miembros de un jurado que iba a premiar a maestros destacados para sugerirles o advertirles que los galardonados deberían ser maestros afiliados al PNP. Hechas las verificaciones el burócrata apareció en otro alto puesto, si no recuerdo mal en Carreteras.

La fea oreja del discrimen, vestida de favoritismo crudo, es tan grosera como la de cerrarle el parque al equipo competidor para no tener que enfrentarse en buena lid en el terreno de juego, es decir en las urnas, como le ha hecho el PPD y el PNP, juntitos, a los candidatos principales de Victoria Ciudadana y a otro candidatura de Proyecto Dignidad.

Son parte del repertorio de artimañas, tretas, ardides y tramoyas que se multiplican en la medida de que ambos partidos, el PNP y el PPD sienten el desahucio sumario que les va a poner el Pueblo en las elecciones de noviembre.

Pero el combo agrandado de los empleados de confianza multiplicados, combinados con ascensos eso sí, es de marca mayor. Cita un artículo de este medio --NotiCel-- del lunes, 1ro de abril, que espero que no sea del día de los inocentes estadounidense "April Fools" :

“Según la información más reciente sobre el empleo en el gobierno que publica el Instituto de Estadísticas, en diciembre pasado habían poco más de seis mil de trabajadores de confianza en las distintas ramas y entidades gubernamentales. La cifra fue de 6,138”.

¡ ¿Se imaginan la tremenda maquinaria de financiación de campaña, recaudaciones, montaje logístico y de avanzadas políticas que puede armarse con sólo una fracción de 6,138 personas? ¡

Pero esto no para ahí. Sigue diciendo el artículo:

“El sector con la cantidad mayor de empleados de confianza son los municipios, que tenían 1,847 de estos.” Había calculado en mi artículo que los confianzudos municipales excederían los 1,500.

Y añade:

“Le siguen las corporaciones públicas con 1,487; los Departamentos y Agencias con 1,471; la Rama Legislativa (1,444); la Rama Judicial (1,287) y la Oficina del Gobernador (306)". Hay otros 143 en lo que este informe clasifica como "otras entidades".

Estoy convencido que esa nómina confianzuda puede reducirse bastante.

Me preocupa que la fase del Plan de Clasificación correspondiente a este sector de empleados no esté listo. Tengo la fuerte sospecha de que podría anunciarse, o bien pronto --antes de la primaria de junio-- o un poco después --antes de las elecciones-- dependiendo de cuánto dinero haya para reconocer los aumentos y atribuírselos a la Administración, los que correspondan al gobierno central.

La cifra puede ser altísima, pues en el Departamento de Educación los 94 confianzudos de allí cuestan 8 millones de dólares al año.

Hay que hablar claro. Con esto no puede pasar lo que con los viajes en el sistema público. Gratis todo durante el año electoral. La pregunta que se cae de la mata es ¿por qué no lo programaron para después de las elecciones? Estamos acostumbrados a estos intentos de manipulación cruda. ¿Recuerdan la embrolla en que se metieron Fortuño y Jennifer González desde la presidencia de la Cámara autorizando un préstamo de 300 millones de dólares para detener la subida de la luz? ¿Han olvidado las medidas análogas atosigadas antes de las elecciones del 2008, cuando Acevedo Vilá era gobernador?

Ya verán como sucede antes de la primaria o de las elecciones y podría pensar que al costo que sea pues hay que premiar.

Eso sí, difícilmente veamos reducidas las estratosféricas sumas que ya reciben los agraciados confianzús en el Departamento de Educación.

No me huele bien esto que está sucediendo y que sé cómo hastía tanto a los electores. En noviembre es la cita en las urnas.

El autor es abogado, exrepresentante y excandidato a comisionado residente por el Partido Independentista Puertorriqueño. Posee un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. Tiene además un doctorado de la Universidad del País Vasco (2016).