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Salud

Alza en casos de depresión, ansiedad y desórdenes alimentarios por causa de la pandemia

En el imperante ambiente de agotamiento, expertos hacen llamado a cuidar la salud mental de los menores.

Las actividades al aire libre tienen un bajo nivel de riesgo, según expertos.
Foto: Archivo/Luis López

El viernes 13 de marzo de 2020, cerca de 436,000 niños y adolescentes salieron de las escuelas y colegios del País sin saber que al lunes siguiente no regresarían al salón de clases.

Setenta y dos horas después, la entonces gobernadora Wanda Vázquez Garced decretó un toque de queda y el confinamiento de la población. Acabaron las salidas del hogar, los encuentros familiares y los juntes de amigos. De sopetón, se instaló el régimen de la virtualidad. Cambió la rutina escolar y la convivencia familiar.

El mes pasado, algunos regresaron al salón de clases hasta que el repunte en casos de contagios y hospitalizaciones por covid-19 obligó al Departamento de Salud a ordenar el cierre de las escuelas y colegios. Actualmente 73 de los 78 municipios se encuentran en un nivel alto de transmisión del virus. Por primera vez desde que inició la pandemia, este mes se reportaron casos de pequeños en cuidado intensivo. Ayer, dos menores permanecían en intensivo y dos requerían la ayuda de un ventilador para respirar.

Al evaluar la situación del covid-19 en la Isla, el pediatra José Berdecía, presidente de la Asociación de Médicos Pediatras de la Región Este, planteó que la pandemia ha dejado a su paso secuelas físicas y emocionales.

“Tengo pacientes que esa salud mental les está causando obesidad. Esa salud mental le está causando anorexia. Esa salud mental le está causando ansiedad. Esa salud mental le está causando depresión. Tengo pacientes con esas cuatro condiciones”, afirmó Berdecía ayer durante una intervención en “El Push de la Mañana” de NotiCel.

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Estudios e investigaciones consignan que la pandemia causó un disloque a nivel mundial que afectó la rutina de 1,600 millones de niños y adolescentes a través del mundo. Por lo menos 1 de cada 7 niños y jóvenes ha vivido confinado en el hogar durante gran parte del año, lo que supone un riesgo para su salud mental y su bienestar, según Unicef.

En Canadá, un estudio reciente encontró que la salud mental del 70% de los menores entre las edades de 6 a 18 años se deterioró durante la pandemia. El impacto entre los preescolares ( 2 a 5 años) alcanzó el 66%. La investigación publicada por la revista European Child & Adolescent Psychiatry evaluó síntomas de depresión, ansiedad, irritabilidad, capacidad de atención, hiperactividad, obsesiones y compulsiones.

Adjudicó este deterioro al estrés causado por el aislamiento físico y social, que acarrean la cancelación de eventos importantes como graduaciones y cumpleaños y la pérdida súbita de interacciones sociales.

En la Isla, por ejemplo, la línea PAS de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca) atendió el año pasado 209,570 llamadas relacionadas a la pandemia. En total, los operadores conversaron con 34,347 personas contagiadas con covid-19 o que habían estado expuestas al virus y otras 209,570 preocupadas por el impacto negativo de la pandemia en sus vidas. Este año ha atendido 15,928. De esta cifra, 6,615 responden a personas contagiadas o expuestas al virus.

La psicóloga Kalitza Baerga Santini, expresidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico, explicó a ese medio digital que la incertidumbre, los cambios dramáticos en las rutinas diarias y la duración de la crisis salubrista han desembocado en un estado de agotamiento o fatiga pandémica.

“Estamos todos y todas cansados y cansadas de lo que estamos viviendo. Y ese agotamiento mientras más se acumula, peor nos hace sentir”, apuntó.

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“Los niños y las niñas claro que lo sienten. Los niños y las niñas experimentan ansiedad y los adolescentes, que muchas personas piensan que no, también lo sienten”, agregó.

Hay secuelas como el aumento o la pérdida de peso u obsesión con el cuerpo, que podrían ser reflejo de depresión, ansiedad, tristeza o la falta de ejercicio debido al confinamiento. También proliferan problemas de sueño, de concentración e irritabilidad.

Pero el efecto o los síntomas varían entre niños y adolescentes.

Baerga Santini mencionó que los pequeños pueden mostrar problemas de apego y de ansiedad de separación, que -en algunos casos- podrían causar que un chico responda con golpes o frustración porque no cuenta con las herramientas para expresar eso que siente.

“En el caso de los adolescentes, se ponen más irritables. Pueden tener problemas concentrándose en la escuela y ajustándose al escenario de la escuela virtual. Ahora están sentados frente a una computadora tantas horas, cuando en las escuelas se paran para hacer un montón de cosas. Eso tiene implicaciones”, planteó.

“Pueden mostrar menor interés en hacer las tareas y dificultad para dormir. También se pueden mostrar ansiosos y ansiosas y tristes”, abundó.

¿Qué hacer ante estos escenarios? En el caso de la niñez, la psicóloga recalcó la importancia de ofrecer a los hijos e hijas un buen ejemplo en el manejo de la crisis porque los pequeños reproducen la conducta de sus padres y madres.

“Para los adultos alrededor es bien complicado porque nosotros tenemos que manejar nuestras emociones para que ellos y ellas las puedan manejar de la mejor manera. Podérselo modelar y que no se sientan tan abrumados con esta situación”, apuntó Baerga Santini.

Berdecía y Baerga Santini también recomendaron a los padres y madres crear un espacio donde los hijos se sientan cómodos conversando y ventilando sus preocupaciones y una rutina que incorpore alguna actividad física como caminar, bailar y hasta hacer ejercicios de respiración.

También sugirieron actividades al aire libre como ir al parque o la playa guardando siempre las medidas de protección.

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Ante los retos que ha creado el cambio en la rutina de la convivencia y la educación en el hogar, los expertos recalcaron la necesidad de adoptar metas realistas y de mostrarse flexible frente a los ajustes que exige vivir en tiempos pandémicos.

“Tú puedes salir si proteges tu burbuja”, afirmó Berdecía.

Aclaró que esa burbuja o espacio seguro se limita a las personas que viven bajo el mismo techo. Al comer fuera, planteó que esas salidas deben limitarse a lugares al aire libre y enfatizó en el uso correcto de la mascarilla todo el tiempo sin importar si se trata de personas vacunadas.

“Tuve que decirle a un papá: ‘Olvídate de las clases. Olvídate de las notas. Lo importante es que aprenda. Tienes muchas maneras de aprender. No tienes que estar necesariamente en la escuela’”, señaló sobre el proceso de enfrentarse a otros contextos de aprendizaje.

Como parte de sus recomendaciones, Baerga Santini señaló que es necesario planificar y establecer un horario para las clases virtuales y un periodo de descanso que marque una ruptura con la tecnología. Pero estos horarios tampoco pueden ser una camisa de fuerza. Tiene que haber capacidad de ajuste en esa rutina diaria.

“Tenemos que planificar para otro tipo de actividad que puede ser desde un espacio al aire libre como salir a caminar, que existe ese espacio para la naturaleza y salir de las cuatro paredes”, afirmó.

“Las normas de conducta tienen que estar claras. No ponernos muy laxos en algunas cosas que antes éramos súper estrictos. Hay que mantener un balance en cuanto a eso”, agregó.

Al igual que Berdecía, apuntó que en este periodo pandémico han aumentando las consultas. Por eso, extendió el horario de consultas con la ayuda de la tecnología.

“La gente está ansiosa y triste. Está buscando ayuda tiene la necesidad de expresarse. La necesidad de que alguien me escuche y la necesidad de que me den recomendaciones”, indicó Baerga Santini.

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Las personas también pueden procurar la ayuda de Assmca, que a través de la línea PAS escucha las preocupaciones de las personas y canaliza sus necesidades de servicios. La Línea PAS está disponible 24 horas al día y libre de costo, a través del 1-800-981-0023.

“Estamos comprometidos y sumamente atentos a las señales de depresión y aquellas que pudiesen llevar a una persona a cometer suicidio. Reconocemos que las situaciones que hemos enfrentado como pueblo de manera consecutiva y los problemas particulares que surgen a nivel individual, han generado en muchas personas cierto grado de inestabilidad emocional”, indicó el administrador de Assmca, Carlos Rodríguez Mateo.

Aunque existe luz al final del túnel, Berdecía insistió la necesidad de seguir al dedillo las medidas de protección para mitigar la propagación del covid-19, que exigen el uso de la mascarilla, distanciamiento físico y lavado de manos en lo que avanza el proceso de vacunación y el país alcanza la inmunidad colectiva.

“Mi exhortación a todos los padres y adultos, es que pongamos de nuestra parte porque a todos nos está afectando esto y esa es la única manera en que podemos salir de esto como pueblo”, apuntaló.