Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Gobierno

Cinco visitas al Departamento del Trabajo, y todavía no ve un centavo del desempleo

"Mi experiencia es la de todo el mundo", asegura Kristian Carmona Hernández, de 26 años, cuya historia ejemplifica el calvario que viven miles de puertorriqueños en medio de la crisis económica que creó la pandemia.

El número que hizo Kristian Carmona ayer, tras llegar al Centro de Convenciones a las 3:00 a.m.
Foto: Tomada de Twitter

Cinco visitas al Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) no han sido suficientes para que Kristian Carmona Hernández pueda recibir los fondos del desempleo que, por derecho y por el sudor de su frente, le corresponden.

Desde que se declaró la pandemia en marzo, es conocido que, entre las industrias más golpeadas se encuentran el turismo, el comercio y la gastronomía, áreas de las que depende Carmona Hernández para sobrevivir, pues es "bartender" y fotógrafo.

''Me trato de ganar el dinero con el arte. He estado tratando de salir y reinventarme, pero también ya llevo sin trabajo dos o tres meses", explicó a NotiCel.

Por eso, inmediatamente luego de que el DTRH hiciera pública la información sobre fondos disponibles por desempleo, el joven, de 26 años, ha estado moviendo fichas para lograr accederlos: desde personarse en las oficinas centrales de la agencia, hasta pasar horas en el servicarro, e incluso hacer la fila directamente en el Centro de Convenciones.

"He estado haciendo esto desde el día número 1", comentó a este medio digital con evidente frustración.

Tan reciente como ayer fue su última visita para solucionar uno de tantos escollos que ha tenido desde que envió su solicitud la primera vez, pero no tuvo mucho éxito.

Carmona Hernández contó que llegó al Centro de Convenciones a las 3:00 a.m. para hacer el número 121, y que lo único que recibió fue un turno para regresar -- por sexta vez -- el viernes porque los turnos correspondientes, que eran 50, ya se habían asignado a otras personas.

Ya a esa hora, aseguró, había más de 100 personas en fila.

"Me dijeron 'ya los turnos para hoy se acabaron, así que vamos a entregar turnos para el viernes''', sostuvo, a la expectativa de lo que le pedirán mañana en su nueva vuelta, y de que no se repita el patrón de las pasadas visitas.

Y es que desde que solicitó la primera vez, la agencia le confirmó era elegible para recibir el beneficio, algo que NotiCel pudo constatar tras ver una carta que este facilitó, pero todavía no ha visto un centavo debido a lo que ha observado como problemas de "desorganización, falta de acción y despreocupación por el asunto", algo que contrasta con el desespero y la ansiedad que viven las cientos de personas que todos los días se dan cita en las filas para al menos ver cruzar palabra con algún empleado.

Carmona Hernández resaltó que en todas sus visitas ha pasado lo mismo: empleados sin identificar le piden, informalmente, colocar su información en un papel, que lo eche en una caja, y que se comunicarán con él.

"Nunca me han llamado. ¿Para cuándo una respuesta?", cuestionó.

Mientras tanto, su problema en el expediente del DTRH ha ido fluctuando desde indicar que era elegible, a exponer erróneamente que fue despedido, y, por eso, varios de los famosos puntos controvertibles que, según él, no tienen fundamento, y que es lo que estuvo tratando de resolver en su última visita ayer.

"Me dieron unas instrucciones que fue literalmente lo mismo que hice la semana pasada. Me piden la misma información. Envía el documento, la carta, y en la plataforma de ellos todavía me aparece el punto controvertible [...] básicamente estoy volviendo a pasar por el proceso otra vez".

A principios de esta semana, el recién entonces designado y ahora secretario del Trabajo, Carlos Rivera Santiago, confirmó ante la Comisión de Nombramientos del Senado que todavía quedaban sin tramitar 65,000 solicitudes de la Asistencia por Desempleo en la Pandemia (PUA, por sus siglas en inglés) y 86,000 de desempleo.

También apuntó que existen 37,000 puntos controvertibles o reclamaciones para investigar solicitudes incompletas o no procesadas.

Uno de esos puede ser el caso de Carmona Hernández, quien, a pesar de todos los contratiempos, no responsabiliza a los empleados, que también serían resultado de las fallas en la agencia, pero sí al sistema.

Narró cómo observó durante sus visitas que, para atender un mar de gente, solo tienen dos o tres empleados, y que estos se encuentran casi automatizados al dar respuestas sin siquiera permitir a los desempleados exponer sus casos.

"Contestan lo mismo todo el tiempo, sin permitir explicación. Lo que recibo para atrás es 'no, no, no' sin ser proactivos y dejar saber 'pues no puedo hacer esto, pero sí puedo hacer esto por usted", dijo.

Asimismo, el joven llamó la atención sobre la cantidad de personas que todos los días acuden a buscar ayuda, entre los que resaltó adultos mayores y madres de familia que, igual que él, no han recibido un centavo en medio de la crisis de salud pública que vive el país.

"Hay desespero, preocupación. Y ahora tienen que ir a trabajar, aún sin recibir paga (del desempleo). Todos piensan que el dinero no les va a llegar", contó, sobre lo que percibía mientras hacía las varias filas durante este período.

También resaltó la labor de jóvenes y personas que, ante la ausencia de liderazgo de la agencia, han sido quienes han tomado el timón para organizar a las personas que van llegando a romper largas noches en las filas del desempleo.

Igualmente, trajo a la mesa el hecho de que un empleado de la agencia lo contactó por las redes sociales para ver cómo le podía ayudar. La iniciativa de la misma gente, según Carmona Hernández, ha sido lo que ha mantenido al pueblo a flote.

"Este es el resultado de un sistema y gobierno que no asume responsabilidad y que no funciona. El pueblo toma responsabilidad y acción al ver que el gobierno que se supone que lo esté haciendo, no lo hace. No es la primera vez que esto pasa", dijo.

Pero por eso mismo, llamó la atención a los líderes del DTRH y del gobierno, en general, y pidió empatía y compromiso con el pueblo.

"A mí se me cae la cara de vergüenza al ver a dos personas atendiendo a 300", dijo sobre la limitación del personal atendiendo a la población, a la vez que levantó bandera sobre el riesgo de aglomerar a la gente por tanto tiempo en un espacio reducido, y en medio de una pandemia por un virus altamente contagioso.

"Que piensen en nosotros, en cómo mejorar esto. Es la misma historia pero en diferentes versiones. Te piden 10,000 documentos y nadie te da una contestación precisa, que tienes que ir para allá, que que venir para acá. No hay organización y hay gente muriéndose", clamó.

A la vez, y aunque se ha visto en aprietos durante estos meses, se sabe afortunado, en comparación con otras personas que tienen dependientes o que necesitan alimentar a sus familias y no han podido hacerlo.

"¿Dónde está el dinero?", cuestionó, al hablar sobre la pobre tecnología y "el sistema que siempre se cae" a la hora de procesar solicitudes en las agencias del gobierno.

También dijo que si tuviera al secretario del Trabajo de frente, le pediría "tomar acción y poner un granito de arena, que sea justo" en aras del bienestar de los puertorriqueños.

"Esto no soy yo solo. No se trata de mí. Mi experiencia es la de todo el mundo", concluyó.

Periodista y editora en mesa con experiencia en prensa local e internacional. Ha cubierto temas sociales, educativos, y de gobierno, entre otros. Egresada de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras.