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En 2020, no todo va a ser Verano de 2019

Tendencias históricas de un electorado tradicional

Si bien es cierto que las protestas del Verano del 2019 invitaron a un levantamiento popular contra la continuación de la gobernanza de Ricardo Rosselló Nevares y que no hay certeza todavía de cómo ese poder de convocatoria que generó la indignación se traducirá electoralmente, mirar al pasado puede ayudar.

Patra el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Luis Cámara Fuertes, esa búsqueda en el pasado para proyectar qué pasará en 2020 arroja que la indignación difícilmente se traducirá a un cambio trascendental en la forma que vota el electorado puertorriqueño. Esto porque es la abstención, y no el cambio en patrones de votación, lo que ha venido influenciando los resultados de las elecciones recientes. 'Cualquier desencanto con los partidos tradicionales ha sido canalizado hasta ahora mediante la abstención electoral en vez del activismo electoral', concluyó.

Basado en datos electorales, lo que se podría esperar en los comicios del 2020 es mayor abstención en los comicios, la continua proliferación del voto íntegro por uno de los dos partidos tradicionales y el efecto de los llamados 'melones' determinando una potencial victoria electoral al Partido Popular Democrático (PPD).

De acuerdo a la ponencia del profesor durante el foro 'Verano Intenso: A Summer of Political Discontent and Activism in Puerto Rico', celebrado en la Universidad de Florida el viernes pasado, el panorama electoral actual se asemeja en parte al del 2012, porque en ambas el partido que estaba fuera del poder era el PPD, y el que estaba en el poder era el Partido Nuevo Progresista (PNP). Por tanto, en 2020, los que tendrían el ciclo histórico a su favor serían los populares.

Esta dinámica ocurre a pesar de un descontento contra ambos partidos que comenzó a manifestarse en las últimas elecciones. Según Cámara Fuertes, en el 2016 un 80.6% de los votos registrados fue a uno de los dos partidos de mayoría, cifra que en el 2012 ascendió a más del 95%.

A partir de las elecciones del 2016 también se registró una baja dramática en el voto íntegro, con un 72.4% optando por votar bajo la insignia de un partido. En el 2012, el porciento de electores que votaron íntegro era de 96.4%.

Estos dos factores consignan un descontento entre aquellos electores que se dedican a votar exclusivamente por el PPD o el PNP. El descontento, sin embargo, no se canaliza por votos a candidatos fuera del paradigma bipartidista, sino por abstención electoral, la cual también aumentó entre el 2012 y el 2016.

La cifra aplicable, según Cámara Fuertes, es que en 2012 un 78% de los electores inscritos participaron en las elecciones. En cambio, durante el 2016 solo un 55% del electorado registrado salió a votar.

La idea de que los sucesos del Verano del 2019 favorecerán a candidatos o partidos nuevos, particularmente una organización como el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), no es del todo segura, pues las tendencias históricas tampoco han favorecido a contrincantes del bipartidismo.

El elemento que opera a favor del PPD es el fenómeno de los 'melones' – formalmente llamado la Ley de Duverger. Este fenómeno se manifiesta por electores afiliados a partidos terceros, como el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) o en el pasado con el Movimiento Unión Soberanista (MUS) y el Partido del Pueblo Trabajador (PPT), que consumen su voto por el PPD con el propósito de derrotar el PNP.

Las elecciones del 2012 pusieron en manifiesto este fenómeno con un 25% de electores identificados con el PIP votando a favor de Alejandro García Padilla y un 31% de los electores de todos los otros partidos no tradicionales votando de esa manera también.

'Mi parecer es que ellos (el PPD) van a ser aún más efectivos en tomar esos votos porque esa es la manera de derrotar al PNP… Ha pasado antes y probablemente va a pasar más de forma más fuerte en la próxima elección', manifestó el catedrático.

Otro elemento es el efecto del llamado voto joven, electores de entre los 18 y 20 años que han mostrado estar más parcializados a emitir un voto fuera de los partidos tradicionales. Tal fue el caso de la excandidata independiente a la gobernación, Alexandra Lúgaro, quien logró captar poco más del 30% de la intención electoral de personas entre las edades de 18 y 34 años. No obstante, Cámara Fuertes reconoce que el voto joven es muy volátil para predecir y también ha sufrido la misma merma de participación electoral que se ha visto en otros renglones.

'La idea de que el Verano del 2019 despertará el voto joven para otros candidatos de partidos terceros ya ha pasado. O están votando por candidatos de partidos terceros o se están absteniendo de votar', sostuvo Cámara Fuertes, recalcando que esto demuestra la desmoralización que permea entre el electorado puertorriqueño.

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(Archivo/NotiCel)

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