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Estrenan modelo pionero que impulsa la resiliencia energética en Puerto Rico

La Iniciativa de Resiliencia Energética Comunitaria presentó las primeras tres instalaciones críticas que serán energizadas a través de microredes solares

La iniciativa de CERI ha sido puesta a prueba con tres instalaciones críticas: Instituto Pre-Vocacional e Industrial de Puerto Rico (IPVI), en Arecibo; Famacia Jomari, en Patillas; y Valentín Service Station, en Utuado.
Foto: Suministrada

La Iniciativa de Resiliencia Energética Comunitaria (CERI, por sus siglas en inglés) presentó esta semana las primeras tres instalaciones críticas que serán energizadas a través de microrredes solares con almacenamiento gracias a un modelo pionero de fuentes económicas combinadas que busca impulsar la resiliencia energética en la isla.

El modelo, que es el primero de su tipo en el Caribe, se destaca por combinar subvenciones filantrópicas y financiamiento para facilitar el acceso a la infraestructura solar que proveerá energía limpia y asequible en comunidades que se han tornado vulnerables ante eventos naturales y que están en desventaja económica.

Se planifica que el modelo impacte a unas 350 instalaciones críticas en Puerto Rico y que se replique en otros países, estados y ciudades a nivel mundial para impulsar la resiliencia energética equitativa.

La resiliencia energética es crítica en la región caribeña debido a las interrupciones en el servicio eléctrico que provocan los huracanes, los cuales continúan intensificándose y cada vez son más frecuentes. En el caso de la isla, la resiliencia es más urgente debido al frágil sistema eléctrico de la red central.

Estas microredes solares con almacenamiento mejoran la resiliencia energética de estas instalaciones -negocios u organizaciones sin fines de lucro- lo que permite la continuidad de los servicios esenciales que ofrecen a sus comunidades como atención médica, educación, alimentos y transporte.

La iniciativa de CERI ha sido puesta a prueba con tres instalaciones críticas: Instituto Pre-Vocacional e Industrial de Puerto Rico (IPVI), en Arecibo; Farmacia Jomari, en Patillas; y Valentín Service Station, en Utuado. Cada instalación obtuvo un diseño de microrred solar con almacenamiento que responde a sus necesidades. En IPVI, ya inició la instalación del sistema de energía renovable y próximamente comenzará en las otras dos instalaciones.

“Desde el huracán María en 2017, las interrupciones del servicio son comunes y ponen en peligro el acceso de la comunidad a servicios esenciales como la atención médica, además de afectar el desarrollo económico. Este modelo permite que las comunidades puertorriqueñas confíen en su acceso ininterrumpido a la energía y aprovechen los ahorros en costos”, dijo David Haddock, vicepresidente de Administración y Programas de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico (FCPR).

Las tres instalaciones fueron seleccionadas después de un proceso basado en mérito que se enfocó en su rol en la comunidad durante y después del huracán María, y los servicios que continúan prestando durante interrupciones del servicio eléctrico.

IPVI atiende a casi 2,000 estudiantes y miembros de la comunidad anualmente, ofreciendo servicios educativos prevocacionales a jóvenes con necesidades especiales y vocacionales, así como sociales a personas mayores maltratadas, personas sin hogar y víctimas de violencia doméstica. IPVI sirvió como un punto de recuperación clave en Arecibo después del huracán María, asegurando que se distribuyera ayuda a la comunidad -y ahora, se convierten en un hub para la comunidad para que puedan, por ejemplo, cargar celulares y guardar medicamentos.

“Tener energía continua significará que nuestros equipos pueden seguir funcionando, conservaremos alimentos y podremos mantener disponibles servicios cruciales para las comunidades a las que servimos, muchas de las cuales dependen de nosotros para su sustento”, dijo Nilsa López, fundadora y directora ejecutiva de IPVI.

Valentín Service Station, ubicada en Mameyes, Utuado, es considerada una minitienda por departamentos ya que además de ser una gasolinera, provee acceso a una gran variedad de alimentos, productos de ferretería, alimentos para animales, productos para vehículos de motor, entre otros. Sus clientes residen en cinco comunidades vecinas que se encuentran alejadas de los centros urbanos.

"Este es el único negocio de este tipo en esta área. Aquí es donde la gente local obtiene gasolina para ir a trabajar y comida para sus familias. Nuestra presencia y capacidad para funcionar, especialmente durante tiempos de crisis, es increíblemente importante", dijo Francisco Valentín, propietario de Valentín Service Station.

La Farmacia Jomari es una farmacia de la comunidad que además de la venta de productos y medicinas en sus instalaciones, hace consultas de salud y entrega de medicamentos. Además, ofrece servicios de conveniencia (fax, giros, Money Gram y pago de facturas) y de venta de uniformes para profesionales de la salud. También, a través de Jomari Impress Center, facilita la preparación de resumes, certificaciones de gobierno, gestiones de CESCO e impresiones.

“Se diseñó un sistema de paneles solares específico para Farmacia Jomari que nos permitirá funcionar si ocurre otro desastre natural. Ante cualquier emergencia, Farmacia Jomari podrá continuar sirviendo a la comunidad”, dijo Marissa Carrasquillo, propietaria del local.

Este modelo aborda simultáneamente otro problema clave que afecta a Puerto Rico y la región: aumentos dramáticos en los precios de la energía. El modelo de fuentes económicas combinadas es accesible para corporaciones privadas -consideradas facilidades críticas en comunidades que se han tornado vulnerables- y organizaciones sin fines de lucro, en combinación con asistencia técnica, con el fin de fortalecer la resiliencia energética de estas instalaciones críticas para que sirvan efectivamente a sus comunidades.

En el proyecto piloto de IPVI, la instalación obtuvo un financiamiento local y una subvención de Enel North America. Además, IPVI y Enel North America están trabajando en una colaboración dirigida a fortalecer el programa de electricidad del Colegio Educativo Tecnológico Industrial de IPVI, con asistencia técnica para que desarrollen una certificación en energía renovable.

"Con IPVI, esto no es solo una oportunidad para fortalecer a la comunidad de Arecibo a través de la resiliencia energética, sino también para brindar un mayor desarrollo de destrezas económicas y técnicas", indica Jesse Puckett, director de proyectos de sostenibilidad y asuntos comunitarios de Enel. "Como parte de los esfuerzos de IPVI de desarrollar la fuerza laboral, Enel se complace en apoyar la formación profesional en energías renovables en la comunidad local", agregó.

Las instituciones financieras participantes en las tres instalaciones críticas son Banco Popular y CooPACA.

“A medida que reinventemos el frágil sistema de energía de Puerto Rico, es fundamental garantizar que las comunidades particularmente vulnerables a los cortes de energía tengan energía confiable, asequible y limpia”, dijo Michael Liebman, gerente del Islands Energy Program de RMI.

“Este modelo de financiamiento combinado en Puerto Rico se creó y ejecutó no solo para abordar las barreras críticas para escalar el acceso a energía resistente y libre de carbono, sino también para garantizar que las instalaciones que actualmente pagan más del doble del precio promedio de electricidad en los EE. UU. vean ahorros significativos desde el primer día”, agregó.

“Al trabajar junto con las comunidades puertorriqueñas para identificar y derribar las barreras financieras y de conocimiento existentes, el modelo CERI está allanando el camino para escalar equitativamente los beneficios de la resiliencia energética local en Puerto Rico y en las comunidades vulnerables de todo el mundo”, dijo Clare Boland Ross, directora oficial de estrategia e impacto del programa para Global Energy Alliance for People and Planet.

“A medida que el cambio climático hace que los eventos meteorológicos severos sean más comunes, mejorar el acceso inclusivo a energía renovable confiable en comunidades desatendidas es aún más esencial para la seguridad energética y la resiliencia de la comunidad”, agregó.

CERI planifica expandirse para alcanzar una cartera de 20 a 40 proyectos, realizada en coordinación con instituciones financieras locales, para desarrollar este modelo y obtener la eficiencia necesaria para escalar equitativamente los beneficios de la resiliencia energética de manera más amplia.