Experiencia y sensibilidad. El exjuez del Tribunal Federal de Quiebras, Gerardo Carlo-Altieri aplaudió la designación de la jueza Laura Taylor Swain para atender el caso judicial de reestructuración de deudas del gobierno ya que reúne la experiencia jurídica con la sensibilidad para humanizar un caso nobel y complejo para el futuro de Puerto Rico.

'Es una persona muy sencilla y de mucha sensibilidad. Yo creo que es un gran nombramiento. Creo que es una juez excelente que combina los conocimientos del juez de quiebra con los conocimientos de un juez de distrito', opinó el exjuez especializado en bancarrota entrevista con Noticel.

Carlo-Altieri, quien conoce personalmente a la jueza, aplaudió su designación por la vasta experiencia tanto de esta en casos de quiebra y como asuntos complejos de índole financiero. Sostuvo además que la jueza, graduada de la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard, combina la especialidad en asuntos relacionados a pensiones como elemento adicional a su impresionante récord académico.

Explicó que conoce de su trabajo con fundaciones para ayudar a personas con problemas económicos lo que le indica pudiera atender la delicada situación fiscal de Puerto Rico con sensibilidad a los sectores más vulnerables del país.

'Es una persona que se ha identificado con causas muy nobles y yo imagino que eso califica para humanizar un poco el caso sobre la tragedia social que puede traer aquí una crisis económica. Estoy seguro que tiene esa capacidad de ver ese saldo de la moneda', sostuvo.

Taylor Swain, oriunda de Nueva York se graduó en 1982 de la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard. Trabajó como oficial jurídica de la jueza Constance Baker Motley en el Distrito Sur de Nueva York. Se especializó en casos de derecho laboral.

En 1996, fue nombrada por el expresidente Bill Clinton, como Jueza del Tribunal de Quiebras hasta el 2000. En ese año fue nombrada al Tribunal de Nueva York donde se ven los casos más difíciles en asuntos financieros. En este tribunal ha laborado por más de diez años.

Saltó a la fama en 2011 cuando resolvió una acusación de plagio de Missy Chase Lapine contra la esposa del comediante estadounidense Jerry Seinfeld. De igual modo, fue reconocida por presidir la mitad de los casos de fraude del corredor de activos Bernard Madoff quien fue condenado a 150 años de prisión en EE.UU. por una de las mayores estafas financieras de la historia.

'Compartimos en asociaciones académicas donde, en paneles, pude verla en acción y estuve con ella en distintas convenciones de jueces. Profesionalmente le tengo mucho respeto. Conozco su trayectoria', explicó el jurista.

Opinó que no debe medirse la capacidad de la jueza para atender el asunto de Puerto Rico partiendo de la premisa de si es una jurista local o si es de otra jurisdicción. Los jueces, aseguró, están obligados a resolver en estricto derecho sin importar su lugar de procedencia. En el caso de Taylor, anticipó que, por su experiencia y galones académicos, buscará empaparse del caso con la premura y profundidad necesaria.

De acuerdo a Carlo-Altieri, el caso de quiebra para el gobierno de Puerto Rico de Puerto Rico bajo las disposiciones del Título III de PROMESA es complicado por ser una ley nueva que hay que interpretar; no obstante, de acuerdo al jurista la designada tiene la ventaja que el Congreso adoptó toda la jurisprudencia establecida en el Código de quiebras Federal, lo que allana el camino.

'PROMESA es nuevo; pero aplica los conceptos que se han utilizado por otros jueces y otras cortes. En ese sentido facilita el trabajo', aseguró.

Por su parte, el abogado Wilbert López Moreno anticipó que el caso de restructuración de Puerto Rico tomará tiempo, no solo por lo complicado y nobel de caso. Insistió que por su naturaleza no se puede comparar a casos anteriores de quiebra.

'Para empezar, es la primera vez que un territorio radica un capítulo de restructuración. La gente habla de Detroit, Nueva York, Argentina o Grecia. No se puede comparar! Es una ley nueva que, aunque sigue unos parámetros del código de quiebras, no es igual. Es otra cosa', sostuvo.

Anticipó que la jueza tendrá que ponerse al día en la jurisprudencia sobre quiebras que ha cambiado monumentalmente desde el 2000, cuando dejó de ser jueza de quiebras para pasar al Tribunal de Distrito.

'Implica que las secciones a las que hace referencia en PROMESA son posteriores a esos cambios, cuando ya la jueza dejó de ser juez de quiebra. Aunque un juez de distrito puede ver un caso quiebra, no es lo usual', opinó.