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La Calle

Agua subió más de 20 pies para arrebatarle el único acceso a su vivienda, que está aislada

Inocencio Cotto Serrano y su pareja, parte de las 16 familias de Aguas Buenas que se encuentran aisladas tras el paso de Fiona, recién el miércoles pudo instalar unas escaleras para bajar y subir el gigantesco socavón.

El gigantesco hoyo provocado por las lluvias del huracán Fiona a la entrada a la casa de Inocencio Cotto Serrano.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

Inocencio Cotto Serrano sufre por estos días lo que muchas familias alrededor de Puerto Rico: su casa en Aguas Buenas quedó aislada luego de que el agua, producto de la lluvia del huracán Fiona, subiera más de 20 pies y le arrebatara en un santiamén el único acceso a la vivienda que comparte con su pareja Carmen Rodríguez.

El hombre, de 80 años, está de buen ánimo pese a la situación y a que recién el miércoles pudo salir luego de instalar dos escaleras en el gigantesco socavón que produjo el agua durante el ciclón y que hizo desaparecer en un instante el camino que daba a su residencia de dos pisos en un campo de 18 cuerdas.

Cotto Serrano cuenta que se juntó el agua de un riachuelo, más la de una quebrada y la que traía una carretera cercana y el nivel se elevó por sobre 20 pies, tras lo cual la presión destruyó el camino de acceso a su casa, que no sufrió daños.

Ahora, augura que de seguro va a esperar por más de un año para que pueda sacar su guagua, porque a todas luces el proyecto de reconstrucción definitivo va a tardar.

“Ya con María se había destruido parte del camino, pero no como ahora, que se lo llevó todo”, cuenta el anciano que, junto a su esposa, es parte de las 16 familias que se mantienen aisladas en el municipio tras el paso del sistema atmosférico.

El vecino de la comunidad La Mula narra que la noche en que se produjo la destrucción del camino “no sentí nada. Pero después vine a ver que hasta se llevó unas barreras de concreto que deben pesar como 500 libras y ni se ven dónde quedaron. Ahora yo mismo pude conectar el agua y tengo luz, gracias a unos postes que también yo mismo instalé hace un tiempo”.

En la desesperación por salir, el hombre incluso ha traído unas vigas de metal para hacer de puente y propone distintas alternativas para instalar en el lugar y poder salir de su casa, aunque sabe que la guagua no la va a poder sacar en meses.

“Creo que podemos estar hasta dos años sin sacar el carro de aquí, porque como somos dos personas, quién se va a interesar en dos personas. Yo solo sé que en dos años no voy a poder salir en el carro”, anticipó.

Ya con las escaleras con las que baja y sube el socavón, ha podido salir recién ayer, pero lo que le preocupa son “las dos citas médicas que ya he perdido, porque me tengo que operar”.

No tiene problemas de agua ni de alimentos, “ya que la comida es lo de menos, porque yo me como un ñame por ahí y ya está”.