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Surgen discrepancias entre la ciencia y el catolicismo por el mensaje del papa Francisco

El Sumo Pontífice hizo un llamado para que se prohibiera universalmente la práctica de la maternidad subrogada en el tradicional discurso de comienzo de año.

Archivo/ EFE
Foto: Archivo/ EFE

El papa Francisco revolucionó al describir como deplorable la maternidad subrogada porque, según expuso, ofende a la mujer y a la criatura que está por nacer. Aseguró además que un hijo no es un contrato.

Estas expresiones han causado sensaciones amargas para muchos, lo que ha permitido resurgir una lluvia de reflexiones apasionadas al respecto.

El sacerdote Orlando Lugo, habló con NotiCel sobre el particular, avaló las expresiones y destacó que existen otras formas para ser madre sin la necesidad de llegar a la subrogación.

El papa Francisco.
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“Yo soy sacerdote católico y lo que el papa Francisco expresó es doctrina de la Iglesia Católica con lo cual yo no sería sacerdote si no estuviese de acuerdo tanto con la doctrina católica y en comunión con el papa Francisco. El tema de la maternidad subrogada trae unos temas conflictivos a nivel ético y moral y yo creo que es importante que en el debate público volvamos a retomar los argumentos morales y éticos que en el fondo son los que verdaderamente salvaguardan la dignidad del humano. Aquí hay unos debates muy importantes de la filosofía moral que no deben tomarse a la ligera por pensamientos débiles o pensamientos con agendas que lo que quieren es instrumentalizar a la mujer y hacer esto un nuevo negocio, como han hecho con el aborto,por ejemplo”, expresó en entrevista con este diario digital.

“Lo que el papa Francisco expresó es doctrina de la Iglesia Católica con lo cual yo no sería sacerdote sino estuviese de acuerdo tanto con la doctrina católica y en comunión con el papa Francisco”, dijo el sacerdote Orlando Lugo.

Lugo, incluso, enumeró una serie de consecuencias que sufren las mujeres que se someten a estos procesos, asegurando que trae serias consecuencias.

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Este proceso médico normalmente es utilizado por mujeres que tienen una enfermedad de alto riesgo o son diagnosticadas con infertilidad.

“Primero que su condición no la denigra como mujer, dos que su condición no afecta en nada su dignidad y número tres que existen otras formas de ejercer la maternidad sin necesidad de traer consigo problemas morales, que en el fondo podrían afectarles a ellas mucho más. Recordemos que la maternidad subrogada trae problemas no solamente morales, sino también biológicos. Por ejemplo: la gestación subrogada plantea mayores riesgos para la mujer como el parto prematuro, bajo de peso al nacer, diabetes gestacional, hipertensión gestacional, placenta previa, es decir, hay unos problemas serios que se tienen que trabajar además de un problema de identidad del niño por nacer”, destacó.

“También trae problemas emocionales a la mujer que presta su vientre. Es decir, nada de eso se compara con el hecho de ser madre o querer ser padre. Existen otros métodos mucho más humanos, mucho más caritativo, moralmente correcto como lo es la adopción que nosotros debemos considerar y que en este caso también debemos promover. Por lo tanto, yo antes de promover la maternidad subrogada que instrumentaliza y comercializa a la mujer, o sea, esto es serio, mejor utilizamos otros métodos más humanos y cristianos, civilizados como la adopción. Así que, ¿qué le diría a esas madres? Que además de lo que ya dije, adopten niños porque es una opción real donde no solamente podemos salvaguardar los problemas morales, sino que también podemos aguardar la dignidad de esos niños y es una oportunidad real y efectiva”, continuó.

El Instituto Nacional del Cáncer (NIH) define el embarazo subrogado como “una mujer que lleva en su vientre un bebé, en lugar de otra persona que no puede tener hijos, hasta dar a luz. En un embarazo subrogado, se forma un embrión con espermatozoides donados que fecundan los óvulos de la gestante subrogada o los óvulos de una donante. El embrión se implanta en el útero de la gestante subrogada, quien continúa el embarazo hasta que nace el bebé. Es posible que el embarazo subrogado sea una opción para hombres y mujeres que desean tener hijos pero que recibieron determinados tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y radioterapia, que a veces causan esterilidad”.

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Lugo añadió que en Puerto Rico él todavía no se ha topado con una consulta religiosa sobre el particular, ya que es una práctica, según dijo, poco accesible a la gente de escasos recursos.

“Esto supone dinero, procesos que son costosos con lo cual me parece que esto es más un debate mediático que real. Yo no he tenido ningún tipo de consulta (religiosa) de absolutamente nadie sobre este tema y trabajo con muchas personas tanto pobre, intermedio y personas ricas. Así que, yo creo que aquí hay un debate más mediático que otra cosa, lo cuál pienso que es bueno porque ayuda hablar sobre temas que no se hablaban”, puntualizó.

Por otro lado, el doctor Nabal Bracero, director médico de la Clínica de Fertilidad Genes dejó claro a NotiCel que en estos temas hay una distinción médica y otra religiosa en la que tiene que abundar el respeto por cada una.

“Mi reacción inicial es que hay que hacer una distinción entre lo que son los avances científicos y lo que son los conceptos religiosos, teniendo un respeto mutuo entre ambos campos. A la misma vez, tiene que haber sensibilidad y escuchar ambas partes. De nuestro lado, nosotros sí escuchamos la preocupación de que no haya explotación de la mujer y escuchamos también la preocupación de que no haya un alto riesgo contra el bebé que se intenta que llegue al mundo”, indicó Bracero.

“Soy muy sensible con el punto de vista de la Iglesia Católica, pero también me gustaría que ellos entendieran y reconocieran de que debe haber una separación entre lo que son avances científicos para atender una enfermedad (infertilidad) y con el concepto religioso”, dijo el doctor Nabal Bracero.

“Todas las provisiones, todo el ambiente que se requiere tanto por regulaciones federales y académicas nuestras para que se dé un caso de subrogación gestacional, van dirigidas a salvaguardar y proteger a tres individuos o tres entidades. Primero que todo, el más vulnerable de todos que es la criatura por nacer, segundo los padres intencionales que pueden ser parejas del mismo sexo o pueden ser parejas solteras que solos quieran formar una familia y el tercero la subrogada. Cuando nosotros hacemos estos casos, les dejamos saber bien claro a los pacientes que todo el mundo aquí (tanto los padres intencionales como la subrogada) son igual de importantes y tienen todos los derechos y todos los accesos como cualquier otro paciente”, resaltó.

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Bracero fue enfático en que los casos de subrogación gestacional toman tiempo, específicamente por el control y cuidado médico que se brinda.

“Para preparar un caso de subrogación gestacional que toma a veces hasta un año por todos los requerimientos y todas las pruebas, así como la consejería tanto sicológica como legal que implica, todo va dirigido a evitar que haya explotación de la subrogada y que todo el mundo en esa interacción entiendan cuáles son sus responsabilidades de parte y parte”, dijo.

“Hay que decir un detalle. Aquí se hace quizás un caso por año. No es tan fácil el proceso. Nosotros tenemos una cultura para todo lo que es reproductivo que la gente entiende, lo acepta y lo comprende como es, que son tratamientos para la infertilidad, pero en la práctica, no hay tanto acceso a ese tipo de tratamiento. No se hace con la frecuencia que se hace quizás en otras partes del mundo”, continuó.

También destacó la definición de la infertilidad.

“Lo otro que también genera un poco de confusión de ambas partes, es lo que es la definición de infertilidad porque muchos grupos religiosos no van a reconocer la definición de infertilidad como una enfermedad y entonces ahí empieza a surgir un conflicto sobre el paciente que sufre de estos desórdenes, donde el útero no puede llevar el embarazo o tiene una serie de complicaciones médicas que si se atreve a cargar un embarazo puede morir. Si el ambiente religioso no reconoce que es un asunto que se debe considerar como una enfermedad, ahí tenemos un desfase”, dejó claro.

“Nosotros respetamos. Yo me considero religioso, vengo de una familia sumamente religiosa, soy muy sensible con el punto de vista de la Iglesia Católica, pero también me gustaría que ellos entendieran y reconocieran de que debe haber una separación entre lo que son avances científicos para atender una enfermedad (infertilidad) y con el concepto religioso”, concluyó.

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