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Opiniones

El Vaticano: El nuevo aliado en la lucha LGBTQ+

Columna de opinión del activista en Derechos Humanos, el licenciado Alberto J. Valentín, LLM.

Licenciado Alberto J. Valentín.
Foto: Archivo

Si, leyeron bien. Estamos en el 2023, y el Vaticano se ha pronunciado vehementemente en contra de todos aquellos países del mundo (67) donde tipifican como delito la homosexualidad, 11 de ellos con la pena de muerte. Recientemente, el mundo se paralizó al escuchar al Papa Francisco mencionar que las leyes que criminalizan a los gays son “injustas” y que “ser homosexual no es un crimen”. Y es que no es la primera vez que este Papa se pronuncia sobre el tema LGBT, y aunque a veces parece dar un paso para al frente y otro para atrás, esta vez parece ser que quiso dejar claro su rechazo a aquellas políticas penales que criminalizan la práctica de la homosexualidad.

Para algunos pareciera ser un avance poco llamativo, ya que en la gran mayoría de los países del mundo ya se ha despenalizado la homosexualidad y eliminado de las definiciones internacionales que lo catalogaban como una enfermedad. Sin embargo, aún hoy en pleno 2023 existen países y regiones del mundo donde ser homosexual es un delito. Incluso en países donde estas leyes no se aplican realmente, contribuyen a crear un ambiente de acoso, discriminación y violencia contra la comunidad LGBT, ambientes que aportan a la cotidianidad de los crímenes de odio.

En sus comentarios del 24 de enero a la agencia de noticias Prensa Asociada, el Papá Francisco manifestó que condenar a las personas homosexuales por su orientación es un pecado y una injusticia:

“Condenar a alguien así es un pecado...Criminalizar a las personas con tendencias homosexuales es una injusticia…y las personas con tendencias homosexuales son hijos de Dios. Dios les ama. Dios les acompaña”.

Para muchos, estas expresiones son de poca monta, pero para otros muchos cristianos y católicos que ven en el Papa como la máxima autoridad eclesiástica de la Santa Sede, representa un alivio, un ápice de Esperanza y confortamiento. Y en efecto lo es. Observar como la Iglesia Católica ha tenido que modificar sus discursos a través de los años al igual que la sociedad en general, con respecto al tema LGBT, nos hace entender que nada en nuestro mundo es estéril e inalterable.

Tras su visita pastoral a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, en una conferencia de prensa histórica, el papa Francisco, el arzobispo que encabeza la Comunión Anglicana y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, denunciaron la criminalización de la homosexualidad y dijeron que los gays deberían ser acogidos con beneplácito por sus iglesias.

De igual forma, repitió comentarios anteriores en el sentido de que los padres nunca deberían echar de casa a sus hijos homosexuales.

Pero las expresiones del Santo Pontífice no quedaron ahí. A pesar de su renuncia a aceptar matrimonios entre personas del mismo sexo, indicó que cabe la posibilidad de respaldar políticas que garanticen la seguridad de los bienes entre personas del mismo sexo, similar a las leyes civiles existentes en diferentes partes del mundo donde se permite bajo el estado las mismas protecciones existentes en las sociedades legales de gananciales. ¿Cómo? Así mismo. El Vaticano no solo condena y cataloga como pecado a aquellos países y seres humanos que juzgan, rechazan y criminalizan a los homosexuales, sino que les da la bienvenida y los invita a formar parte de su congregación.

Hoy el Vaticano se suma a la fila de activistas de derechos humanos que aspiran a una mejor calidad de vida para las personas LGBT. Enhorabuena por este paso dado por la Santa Sede, enhorabuena por dar este nuevo paso de amor al prójimo, que por tantos años han predicado en nombre de Jesus. Las palabras del Papa pidiendo la despenalización de la homosexualidad han sido elogiadas por activistas LGBTQ a nivel mundial, como un hito que ayudará a acabar con el acoso y la violencia hacia las personas de nuestra comunidad.

El autor es abogado y director ejecutivo Consejo Asesor LGBTT+